El 72,9% de la basura de Madrid no se recicla y termina en los vertederos

En la Comunidad de Madrid, algo tan cotidiano como tirar una cáscara de plátano a la basura contribuye a multiplicar el efecto invernadero. Puede sonar alarmista, pero es más real que la teoría del caos, por la que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en la otra punta del mundo. La consecuencia de mezclar residuos orgánicos y no reciclados es la emisión de metano nocivo. Y no se sufre al otro lado del planeta sino en los vertederos de Valdemingómez, Pinto, Colmenar Viejo o Alcalá de Henares.
El 72,9% de los residuos generados por los madrileños no se recicla y acaba en los vertederos según cifras de 2012. El motivo principal es la inexistencia del “quinto contenedor”, que solo debería recibir restos orgánicos y que ya se utiliza en otras comunidades, como Euskadi o Cataluña, y en muchos países de Europa.
En Madrid, ese recipiente funciona como un cajón de sastre al que van todos los residuos no reciclados, tanto los orgánicos como lo que no llega a los contenedores de papel, cristal y envases. Según el último informe de Ecoembes, organización que gestiona la recuperación y el reciclaje de los envases de plástico, el 91,7% de madrileños afirma separar sus residuos en los contenedores verdes, amarillos y azules. Una acción a todas luces insuficiente si no va acompañada de políticas eficientes con los residuos orgánicos.